Intervención Temprana en Síndrome de Down
El Síndrome de Down es una anomalía en los cromosomas que ocurre en 1.3 de cada 1000 nacimientos. Por motivos que aún se desconocen, un error en el desarrollo de la célula lleva a que se formen 47 cromosomas en lugar de los 46 que se forman comúnmente. El material genético en exceso cambia levemente el desarrollo regular del cuerpo y el cerebro, causando problemas físicos y mentales.
Las personas con Síndrome de Down tienen más similitud que diferencias con las personas de desarrollo regular. Por otra parte, existe una gran variedad en personalidad, estilos de aprendizaje, inteligencia, apariencia, obediencia, humor, compasión, congenialidad y actitud entre los bebés con Síndrome de Down.
La rehabilitación física va desde la intervención temprana, reeducación psicomotriz, desarrollo general del equilibrio, organización del espacio-tiempo, educación respiratoria, estimulación sensorial, conocimiento del esquema corporal, ejercicios de coordinación, entre otras.
En cuanto a la intervención temprana podemos decir que las estructuras físicas como psicológicas de su persona están en un periodo de máxima flexibilidad y moldeado y también en el de mayor receptividad a estímulos educativos y, como consecuencia, en las mejores posibilidades de aprendizaje. El momento para iniciar la intervención temprana debe de ser tan pronto como sea posible de tal forma que, si es inmediata, puede empezar desde los 10 a 15 días posteriores al nacimiento.
El criar un niño es un conjunto de dificultades y recompensas inimaginables. Tenemos que aprender a disfrutar los logros más mínimos. No podemos decir cuán lejos llegará un niño Down con la rehabilitación, pero quizás llegue más allá de lo que nos podemos imaginar: al crecer llegan a tener una vida independiente necesitando diferentes grados de apoyo y vivienda.
Es casi seguro que, al crecer, lo más interesante de un niño, no será el Síndrome de Down.